Orígenes

El Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) surgió como una iniciativa del Dr. Horacio Pontis, quien había sido director del Departamento de Biología de la Fundación Bariloche. Esta institución fue creada en 1963 a partir de los esfuerzos de un grupo de científicos del Balseiro y de empresarios comprometidos con la difusión del saber científico y el cultivo de las artes. Se constituyó como una alternativa de trabajo para los científicos tras del golpe militar de 1966, bajo el sostenimiento pleno de la libertad académica en las distintas áreas del conocimiento.

A partir de 1976, la experiencia de la Fundación Bariloche fue interrumpida por la dictadura cívico-militar debido a una desfinanciación prácticamente total. La institución dependía de los aportes que entregaba anualmente el Estado Nacional y en ese entonces el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional puso como condición para sostenerlo la cesantía de determinados investigadores y la subordinación de los contenidos de las investigaciones a la autorización del gobierno militar. Como la institución no aceptó estas condiciones, muchos de sus investigadores fueron perseguidos y a fines de ese mismo año la misma tuvo que desprenderse de terrenos que habían adquirido para construir un campus, a fin de indemnizar a todo el personal. En los años que siguieron, la Fundación quedó reducida a 15 personas, con investigadores que decidieron asumir el riesgo de seguir adelante utilizando para ello los fondos de las respectivas indemnizaciones.

A partir de esta realidad, se barajó la opción de trasladar los laboratorios y la biblioteca del Departamento de Biología de la Fundación a otro lugar. Mientras se buscaba el lugar indicado, el Dr. Pontis junto a su esposa, la Dra. Graciela Salerno, así como otros investigadores que trabajaban allí migraron al exterior.

La decisión de elegir el nuevo lugar no fue fácil, en principio había tres posibilidades: Salta, Tandil o Mar del Plata, pero finalmente se eligió a esta última por tener una universidad joven y estar próxima a una región agrícola y frente al mar. Además que su rector, el Dr. Navarro estaba especialmente interesado en traer investigadores a la universidad para mejorar el nivel de la carrera de Biología. En aquel entonces Mar del Plata contaba con el Instituto de Investigación en Biología Marina (IIBM) dependiente de la UBA, inserto en el recientemente creado Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) de importante tradición en investigación sobre el mar argentino.

La Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) contaba con una Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y la carrera de Biología que había comenzado a dictarse en las instalaciones de la Escuela de Educación Secundaria N° 1 (más conocida como "La Piloto", ubicada en las calles Maipú y Marconi), también en el IIBM y el Instituto Nacional de Epidemiología (INE). A partir de 1979, cuando se comenzó a construir el actual complejo universitario en el edificio de Funes y San Lorenzo, comenzó a dictarse allí. En ese edificio también se pensó en crear un Departamento de Biología Funcional dependiente de la incipiente Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, sin embargo esta idea no prosperó y se fusionó al existente Departamento de Biología que luego se trasladaría al nuevo edificio.

En 1979 comenzó la construcción del IIB en lo que era la terraza del edificio de Funes y San Lorenzo. Mientras tanto, el Dr. Pontis contactaba por medio de cartas a antiguos colaboradores de la Fundación Bariloche, entre ellos al Dr. Pont Lezica; al Dr. Conde, que se encontraba trabajando en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA; al Dr. Daleo, en Estados Unidos realizando una estancia posdoctoral; al Dr. Augusto "Chicho" García, quien había sido director del Departamento de Biología de la Fundación; a la Dra. Norma Kerber y la Dra. Norma Pucheu, entre otros.

Además de la construcción del Instituto y el Departamento, la Universidad se había comprometido a financiar a los nuevos grupos de investigación. Ese mismo año se creó la Fundación para Investigaciones Biológicas Aplicadas (FIBA), a semejanza de la Fundación Campomar que había nacido por el premio Nobel del Dr. Luis Federico Leloir. La mitad de este premio fue para FIBA, que utilizó el dinero para adquirir todo el equipamiento que estaba embalado en Bariloche.

Las negociaciones con el entonces Rector de la Universidad, Dr. Navarro, habían arribado a que, en primer lugar, el IIB dependería directamente de Rectorado y que el Departamento de Biología dependería de la Facultad. El director de ambos sería el Dr. Pontis, reemplazando a su anterior director, el Dr. Vega.

 

Inicios del IIB

La creación del Instituto estuvo orientada a afianzar las Ciencias Biológicas en Mar del Plata y formar recursos humanos en el ámbito de grado y posgrado. A principios de 1981, las obras habían avanzado y se planeó su inauguración para el 19 de marzo con varios invitados encumbrados, entre ellos el propio Dr. Leloir; el presidente de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) de la Pcia. de Buenos Aires, Dr. Juan J. Gagliardino; autoridades militares de la época y otras destacadas figuras de la órbita universitaria marplatense. En esta ocasión también fue fundado del Centro de Investigaciones Biológicas (CIB) dependiente de la FIBA.

El IIB contaba por entonces con 400 m2, incluyendo 6 laboratorios, áreas comunes y espacio para una importante biblioteca científica que se trajo de la Fundación Bariloche. Al poco tiempo arribó el Dr. Pont Lezica, quien ocupaba los Laboratorios 5 y 6; el Dr. Conde (Laboratorio 3) y el Dr. Pontis junto con la Dra. Salerno (Laboratorios 1 y 2). Algo más tarde arribó el Dr. Augusto “Chicho” García, quien ocupó junto a la Dra. Pucheu el Laboratorio 4 del IIB; la Dra. Kerber y Dr. Daleo (Laboratorios del Departamento de Biología). También se invitó al Dr. D’Antoni, Dra. Goldemberg, Dr. Vega y Dr. Patronelli.

De esta manera, se había formado un Instituto y parte de un Departamento que tenían sus fortalezas en la investigación en Bioquímica y Fisiología de plantas, especialmente azúcares, en algún punto derivada de las líneas de investigación del Dr. Leloir. También se desarrollaron líneas de investigación en metabolismo de proteínas animales y en microorganismos fotosintéticos. Por este motivo se decidió que su nombre fuera de “Investigaciones Biológicas” como un nombre amplio, a fin de abarcar diferentes proyectos de todos estos nuevos grupos que habían arribado a la Universidad de Mar del Plata.

Tanto el Dr. Pontis como el Dr. Pont Lezica y el Dr. Conde tenían subsidios de la CIC y hubo un subsidio institucional para comprar equipos grandes, como centrífugas Sorvall, contador de centelleo, scanner, hieleras, liofilizador, fuentes de poder, pHmetros, etc. Ese mismo año, el Dr. Daleo presentó desde Estados Unidos su plan de trabajo para ingresar a la CIC para desarrollar una línea en interacción planta-microorganismos, con énfasis en la planta de papa como modelo, dada la inserción regional del cultivo. La labor docente del Instituto en el nivel de posgrado comprendía (y aún lo sigue haciendo) la formación de jóvenes investigadores que realizan tesis doctorales y cursos de posgrado.

En el ámbito de grado, el IIB comenzó a dictar varias asignaturas para las licenciaturas y profesorados en Ciencias Biológicas dentro del área de la Química Biológica y la Biología Molecular. Esto marcó un antes y un después para la incipiente carrera de Licenciatura y Profesorado en Biología, con todos estos investigadores, muchos de ellos de CONICET o de la CIC que dieron una importante impronta de ciencia experimental que sigue hasta nuestros días.

 

Vuelta a la democracia

El advenimiento de la democracia en diciembre de 1983 trajo cambios institucionales, la denominada “normalización”. La Universidad y sus Facultades adoptaron gobiernos provisionales hasta tanto se conformaran los distintos estamentos que según la Reforma Universitaria de 1918 eran necesarios para una elección democrática de autoridades. Las mismas debían ser elegidas mediante asamblea, despertando lentamente del letargo impuesto por la dictadura.

El IIB y el Departamento no fueron ajenos a esos cambios. Se formó un consejo con jefes de grupo y representantes de los becarios. También el Personal de Apoyo contribuyó enormemente al establecimiento de estos nuevos grupos en Mar del Plata como María del Carmen Luciano (bibliotecaria), Clara Fernández, Carmiña Rodríguez, María Elvira Aued, Verónica Ramírez, Perlino, entre otros.

En 1984 se abrió un programa en Biotecnología que representaba una avanzada en ese tema incipiente a nivel mundial. El Instituto Científico Paul Hnos S.A., una empresa de Castelar, Pcia. de Buenos Aires, ya tenía contactos con la FIBA y decidió financiar viajes de la Dra. Salerno para asistir a congresos y a laboratorios de Europa a modo de tomar conocimientos y posteriormente gestar un curso de posgrado sobre esta nueva área, a fin de desarrollarla en el país. Así logró invitar para dar charlas en el IIB y la Universidad al prestigioso profesor Van Montagu de Bélgica, quien en ese momento había logrado transformar plantas.

De esa manera, en 1986 tuvo lugar el primer curso de posgrado en Biología Molecular Vegetal organizado por la Dra. Salerno con profesores destacados a nivel mundial y que tuvo alumnos de todo el país como así también de otros países de Sudamérica. Fue durante cuatro semanas intensivas con un resultado muy positivo para los científicos del Instituto y la carrera. Ese mismo año se dictó un curso sobre Biología Molecular de grado y posgrado coordinado por la Dra. Salerno con profesores de la UBA al cual asistieron varios estudiantes en formación que o eran parte del IIB o luego ingresaron como Silvina Santoiani, Marcela Pinedo y Eduardo Zabaleta, entre otros.

En 1985, los Dres. Daleo y D’Antoni impulsaron desde el Departamento de Biología un cambio de plan de estudios de la licenciatura en Biología que reemplazaría al anterior de 1981. Este cambio involucró un ciclo básico con Fisiología General, un fuerte componente de entrenamiento en el razonamiento experimental y luego un ciclo superior de ocho materias optativas con la posibilidad de cursar en carreras de Biología de todo el país. Este plan de optativas debía ser supervisado por un tutor y abandonaba la rigidez del plan anterior con orientaciones bien definidas, dinámicas, flexibles y transversales que cambió radicalmente el perfil de los egresados.

En 1987, un alumno del curso internacional, el Dr. Martin Crespi, ingresó al laboratorio del Dr. Pontis luego de una estadía corta en el CINVESTAV de Irapuato, México, con el Dr. Luis Herrera-Estrella. Este último era muy famoso por haber hecho la primera planta transgénica de tabaco en 1983 en Bélgica. El proyecto de Martín sobre el clonado de la sacarosa fosfato sintasa (SPS) de trigo, una enzima importante para la síntesis de sacarosa, era uno de los primeros que incluían Biología Molecular en el IIB. Cuando Martin Crespi emigró a Bélgica a fines de 1988, el Dr. Eduardo Zabaleta heredó este proyecto.

Durante ese año, el país atravesaba serios problemas económicos con el fracaso del plan austral del Presidente Alfonsín, luego del levantamiento cara pintada de Semana Santa. El Dr. Pont Lezica emigró hacia Saint Louis, Missouri, Estados Unidos aunque continuó dirigiendo a sus becarios desde el exterior. En 1988, decidió emigrar a Francia, estableciéndose definitivamente en Toulouse. También ya se vislumbraban claras diferencias entre los investigadores pertenecientes al CIB con aquéllos pertenecientes sólo al IIB y en septiembre de ese año se firmó un acta acuerdo de cómo se iban a dividir los equipos y drogas ante una eventual separación y mudanza.

Una tercera cohorte de estudiantes de grado y posgrado ingresó a los distintos laboratorios: Silvia Goicoechea, Marta Sabas, Lourdes Tabares y Carmen Segarra con el Dr. Conde, Eduardo Herrera, Claudia Studdert con la Dra. Salerno y el Dr. Crespi, Gabriela Pujol con el Dr. García, Roberto Paggi con la Dra. Kerber y Claudia Tonón para realizar una tesis de licenciatura y luego de doctorado con el Dr. Daleo.

Mientras tanto, Lorenzo Lamattina, luego de su doctorado en 1987 (fue el primer Doctor de la FCEyN y de la UNMdP) consiguió una posición posdoctoral y en febrero de 1988 se mudó a Strasbourg, Francia, en el Institut de Biologie Moléculaire des Plantes (IBMP). En el laboratorio del Dr. Grienenberger, descubrió simultáneamente con otros investigadores en laboratorios de Alemania y Canadá, el proceso de edición de ARN mensajeros en mitocondrias. Los resultados de esa investigación fueron publicados en la revista Nature. Si bien Lorenzo figura como segundo autor para dar lugar a un doctorando que requería la publicación, Lorenzo había tenido la idea del proceso. Hecho que, al cumplirse 20 años del descubrimiento, el propio Dr. Grienenberger reconoció en una revisión diciendo que la primera autoría debía haber sido compartida, práctica que no se estilaba en la época.

Por su parte, Claudia Casalongué logró defender su tesis de doctorado a fines de 1988. A pesar de la migración de su director, el Dr. Pont Lezica, a Estados Unidos, pudo estar algunos meses en su laboratorio en el exterior para culminar su trabajo de tesis. Allí Claudia hizo los primeros experimentos en Biología Molecular con el objetivo de clonar el gen de lectina de papa.

 

División IIB-FIBA

En febrero de 1989 se realizó la separación entre el IIB-UNMdP y el CIB-FIBA. Éste último se trasladó a un edificio alquilado en la calle Estado de Israel donde funcionaba una Fundación Hematológica. En un principio, los Dres. García, Kerber y Pucheu iban a formar parte del CIB-FIBA. Sin embargo, por desacuerdos los mismos habían decidido ya en 1988 trasladarse a Buenos Aires, quedando sus becarios en el IIB hasta la finalización de su tesis. Hubo algunos intentos de permanecer en el IIB pero las negociaciones fueron infructuosas. Por lo tanto, los laboratorios del Dr. Pontis y la Dra. Salerno se mudaron completamente junto con la biblioteca entera que venía desde la Fundación Bariloche, gran parte del equipamiento, parte del mobiliario y la mitad de los reactivos químicos.

Toda la división estuvo a cargo tanto de los investigadores como de los becarios. Se trató de un momento muy angustiante para todos. Personas que hacía muchos años eran compañeras se encontraban de golpe en institutos separados y tuvieron que dividir todos los reactivos de un muy nutrido y completo droguero, embalando los que se iban y haciendo catálogos de los que se quedaban para que todo se hiciese con el mayor orden y claridad posible. Fue un momento del país en el que la economía empezaba a tambalear y que, en consecuencia, la financiación para la Ciencia iba a escasear. El IIB quedó virtualmente vacío y con muchas dificultades para seguir funcionando. Varios de los becarios que aún estaban haciendo sus tesis pensaron que el Instituto podría cerrar sus puertas, tal era el ambiente por aquél entonces en los pasillos del instituto.

 

Actualidad

El 27 de diciembre de 2006, el CONICET y la Universidad Nacional de Mar del Plata firmaron un convenio de complementación recíproca (OCS 2201/07) y en ese marco se aprobó la creación del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) como Unidad Ejecutora de doble dependencia, CONICET-UNMdP.

Actualmente, el Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) está ubicado en el complejo universitario (Funes 3250, 4to nivel) y cuenta con más de 100 investigadores dedicados a la investigación básica y aplicada en ciencias biológicas. Por su ubicación estratégica entre el mar y el campo lleva adelante proyectos que integran el acervo genético marino con la producción agropecuaria desde un punto de vista bioquímico, bioinformático y de la Biología Celular y Molecular. Incluye también una fuerte investigación en plantas con el objetivo de mejorar caracteres agronómicos, investigación en Microbiología Ambiental de organismos extremos importantes en la industria y estudios sobre gametas en animales y plantas para mejorar la reproducción.

Desde sus orígenes, el IIB ha mostrado un fuerte compromiso con la formación científica de RRHH de excelencia en el ámbito de la enseñanza universitaria de grado y posgrado por medio de actividades de investigación, transferencia, docencia, extensión y gestión, formando investigadores y docentes capaces de mantener un alto nivel competitivo nacional e internacional en el campo de las Ciencias Biológicas.

En esa línea, su ex-director, Dr. Lorenzo Lamattina, recibió en 2019 el prestigioso premio de Investigador de la Nación, el importante premio Houssay a la trayectoria, el Premio Konex en 2013, el Premio Bunge & Born en 2006 y el premio Guggenheim en 2005, entre otros. Por su parte, la Dra. Gabriela Pagnussat se destacó en Estados Unidos y ha recibido subsidios internacionales. Fue parte de la política de repatriación de científicos y se convirtió en la única argentina entre los 28 jóvenes científicos de 12 países que fueron elegidos para recibir el Premio para Carreras Tempranas del Instituto Médico "Howard Hughes" (IMHH), de Estados Unidos. En 2023, la Dra. Ana Laxalt obtuvo el reconocimiento como Mención en la categoría “Premio” del Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia”.